Dos hermanos, un ingeniero y una arquitecta unidos para emprender que sumaron sus pasiones, el descanso y el interiorismo.

Fundaron KIVOLE y se propusieron el éxito, tener un negocio rentable y ser diferentes.

Para lograr este resultado pasaron por diferentes fases, muchos prueba y error, hasta que decidieron que ese no podía ser el único camino.

Apostaron por la formación e invirtieron dinero para lograr dar un salto de forma estable y sostenible.

Establecieron procesos,
crearon nuevas líneas de negocio,
definieron a su diferentes clientes ideales.

Raquel nos da un consejo sencillo pero efectivo “salir de la ejecución y darle una vuelta para lograr una mejora cada día”.

Y ella tiene claro que lo hace que un cliente se quede contigo y no con los grandes almacenes es darle valor a lo que tu cliente valora, escucharlo y saber con qué sí y con qué no competir.

Mira el vídeo entero y no te pierdas nada en esta lucha de titanes.

Una de las creencias es que una pyme no puede competir con una multinacional.
Y sí, se puede, hay que escuchar y saber dar valor en lo que tu cliente quiere y valora.

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